Del Paraíso al Desastre: La Neverita del Río Nizao como Alerta Roja Ambiental”

 


Santo Domingo, RD— Aunque hoy sea tendencia en redes sociales y parezca un paisaje de postal, lo que vemos en “La Neverita” del Río Nizao no es un paraíso natural, sino una evidencia alarmante de la degradación ambiental que vive la República Dominicana.


Así lo advirtió la periodista y comunicadora Abril Peña, durante su participación este lunes en el programa Despertar Político, que se transmite de lunes a viernes de 7:00 a.m. a 10:00 a.m. por el canal 74 de Altice y el canal de YouTube Multimedios de Comunicaciones.


Peña explicó que el balneario, que se ha popularizado por sus pozas artificiales y formaciones rocosas, es en realidad el resultado de años de extracción descontrolada de materiales para el sector construcción, una industria que, con el silencio cómplice de las autoridades, ha contribuido a que al menos el 15% de los ríos del país hayan desaparecido en las últimas décadas.


A esto se le suma la desaparición de más del 30% de nuestra cobertura boscosa original, lo que representa más de 381,000 hectáreas perdidas solo en los últimos 20 años, agravando aún más la crisis ambiental.


Mientras tanto, los titulares se llenan de denuncias por la falta de agua en barrios y comunidades, señalando a funcionarios como Fellito Suberví, Andrés Cueto y Wellington Arnaud, sin que la sociedad y los medios pongan el foco en la verdadera raíz del problema: la destrucción sistemática de nuestros ríos y bosques.


A pesar de operativos simbólicos y ruedas de prensa, las extracciones ilegales continúan a plena luz del día, como han documentado periodistas y ambientalistas. Peor aún, un comunitario fue asesinado por atreverse a denunciar estos crímenes ambientales.


Hoy, en vez de ríos de agua, tenemos ríos de piedras, y lo que se ha hecho desde el Estado ha sido insuficiente y poco eficiente. La República Dominicana ha tenido muy mala suerte con sus autoridades ambientales, y de no tomar medidas reales hoy, no “algún día”, podríamos terminar como Haití: casi desértico, sin capa boscosa, y con una población condenada a pelear por el agua.


De hecho, ya existen islas del Caribe como Barbados y Antigua y Barbuda, que importan agua potable o desalan agua de mar para poder abastecer a su población, tras haber descuidado sus recursos naturales.


¿Será ese el futuro que queremos para la República Dominicana?


El llamado es urgente: a la sociedad, a los medios, pero sobre todo a las autoridades de Medio Ambiente, para que dejen el discurso y pasen a la acción antes de que sea demasiado tarde.

No hay comentarios.