Una oportunidad para humanizar la recaudación fiscal

 


Facilidades de ago y reducción de mora e intereses como instrumento de recuperación económica


Por: Melvin Rosa.


Consultor Financiero / Tributario.

 

En medio de un panorama económico desafiante, donde las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) son un motor para la generación de empleo y el crecimiento económico.  Donde este segmento de empresas aporta un 32% del valor agregado al Producto Interno Bruto (PIB) del país y de este porcentaje, las microempresas contribuyen con un 20%, mientras que las pequeñas y medianas con un 12%. luchan por mantenerse a flote, es momento de que el sistema tributario dominicano dé un paso adelante hacia un enfoque más empático y realista. Las cifras del gasto tributario publicadas recientemente por la Comisión Interinstitucional Coordinada por la Dirección General de Política y Legislación Tributaria, revelan que el Estado ha utilizado históricamente mecanismos fiscales para estimular la economía, otorgando exenciones e incentivos a sectores estratégicos.,Sin embargo, ¿por qué no aplicar una lógica similar para apoyar a los contribuyentes que, de las condiciones propia de nuestra economía , la cuales son escollo para la competitividad en la mayoría de los casos provocan que dicho contribuyente  incumplan sus obligaciones frente a la administración tributarias DGII.

El informe del Gasto Tributario estimado para 2025, incluido en el Panorama Macroeconómico 2024-2028, proyecta un monto que supera los RD$383 mil millones, equivalente al 4.7% del Producto Interno Bruto (PIB). Estos datos reflejan el compromiso del Estado con el crecimiento económico y la justicia tributaria. No obstante, este mismo principio puede y debe extenderse a quienes enfrentan una realidad diferente: la incapacidad temporal de poder cumplir con sus obligaciones fiscales, producto de la inflación, la caída en la demanda o los efectos de fenómenos climáticos y la misma dinámica del mercado.

Un llamado a la acción:

Actualmente, muchos contribuyentes mantienen deudas acumuladas con la administración tributaria, no por evasión deliberada, sino por la falta de condiciones mínimas para operar con normalidad y que le permita subsistir como ente productivo.

 

Frente a esto, proponemos que la Administración Tributaria impulse un Programa Nacional de Regularización Fiscal Voluntaria 2025, con medidas concretas y de impacto inmediato:

* Reducción de intereses y recargos por mora: Aplicación de descuentos de hasta un 80% sobre los montos acumulados, priorizando las deudas generadas antes de diciembre de 2024.

* Planes de pago flexibles: Aunque la ley es clara y solo establece 12 cuota es decir un año, evaluar hasta 36 meses para saldar deudas fiscales, con cuotas ajustadas a la realidad financiera de cada contribuyente.

* Condonación parcial de multas para las micro y pequeñas empresas que se acojan de manera voluntaria al programa.

* Revisión acelerada de deudas presuntas: Garantizando procesos más justos y menos burocráticos, en especial en casos sin respaldo documental adecuado.

Un enfoque basado en resultados, no en castigos:

Es fundamental comprender que el fortalecimiento de la cultura tributaria no se logra a través de sanciones excesivas, sino mediante incentivos al cumplimiento. La propia Ley 11-92, que da vida al Código Tributario, otorga al Estado las herramientas para aplicar tratamientos diferenciados, incluyendo acuerdos de pago, reducciones y exenciones cuando existan razones justificadas.

A nivel internacional, organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han recomendado a los países incluir los gastos tributarios como parte de su política fiscal, promoviendo la transparencia y la eficiencia en el uso de estos recursos. Si ya reconocemos el gasto tributario como una renuncia deliberada de ingresos para fomentar el crecimiento, ¿por qué no considerar como gasto legítimo también los alivios temporales por crisis económica?

Humanizar la tributación es fortalecer el Estado:

Aplicar medidas de alivio fiscal no implica debilitar la recaudación; por el contrario, puede representar una vía más eficaz de recuperar ingresos y formalizar sectores que, de otro modo, quedarían marginados del sistema. Además, genera confianza entre los contribuyentes y mejora la relación entre el ciudadano y el Estado.

La recuperación económica no puede apoyarse solo en quienes ya están al día. Necesita tender la mano a quienes quieren cumplir, pero hoy simplemente no pueden. Por ello, este artículo no es solo una propuesta técnica, sino un llamado urgente a que se implementen soluciones fiscales solidarias, responsables y efectivas.

 

Porque cuando el Estado escucha, el país avanza. Así que dejemos de pensar y empecemos actuar.

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