Turismo agropecuario: una oportunidad de desarrollo en Cotuí

 

Por Brita Feliz

Cotuí.- El turismo agropecuario, aunque poco mencionado en la agenda nacional, representa una alternativa clave para la sostenibilidad económica, cultural y ambiental de las comunidades. Cotuí, corazón agrícola de la región, guarda un potencial extraordinario en este renglón gracias a la riqueza de su tierra y a iniciativas que comienzan a despertar conciencia sobre su valor.

Durante un recorrido por los terrenos del periodista Luis Moreno Cárdenas, se hizo evidente cómo la combinación de tradición y técnicas modernas de cultivo puede convertirse en una experiencia educativa y turística de gran atractivo.

Un paisaje de cosechas y aprendizajes

En las parcelas visitadas, se aprecia una amplia diversidad de productos agrícolas: cacao, limón, ávia, castaña o pan de fruta (también conocido como bien pan), plátanos, toronja o pomelo, guayaba, jagua, aguacate, mango, canela, auyama y hasta huevos criollos y criaderos de gallinas. Esta variedad no solo contribuye al consumo interno y la seguridad alimentaria, sino que también abre puertas a las exportaciones y a la gastronomía local con identidad propia.

Cárdenas explicó a los visitantes técnicas de injerto y cuidados de las plantas, resaltando la importancia de la innovación en los procesos agrícolas. “Cada planta tiene un ciclo de vida y un valor distinto; aprender a cuidarlas es asegurar la sostenibilidad del campo”, señaló.

Más allá de la producción: un atractivo turístico

El concepto de turismo agropecuario no se limita a mostrar cultivos, sino que se orienta a ofrecer experiencias vivenciales: desde la siembra y la cosecha hasta la degustación de productos frescos y la enseñanza de técnicas agrícolas. En Cotuí, esta visión se fortalece con la participación de productores locales que, como Cárdenas, apuestan por compartir sus conocimientos.

Un sector con futuro

Especialistas en desarrollo rural aseguran que el turismo agropecuario puede diversificar la economía de las provincias, generar empleos, rescatar tradiciones agrícolas y promover la educación ambiental. En un país donde el turismo de sol y playa domina, abrir espacios para que visitantes conozcan las raíces productivas del campo dominicano puede marcar un antes y un después en la manera de entender el desarrollo sostenible.

Conclusión

El recorrido por las tierras de Cotuí es una muestra clara de que el turismo agropecuario no solo es posible, sino necesario. En cada cosecha y en cada técnica transmitida, se guarda la esencia de un país agrícola que, si se impulsa con políticas adecuadas y el apoyo comunitario, podría consolidarse como un atractivo turístico de primer nivel.


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